MI DÍA DE HOY.
Mi día de hoy ha empezado muy agradablemente despertándome alrededor de las 9 descansada y feliz.
El primer incidente ha sucedido cuando me he preparado un delicioso desayuno consistente en huevos duros, atún y surimi y lo he dejado encima de la mesa del salón mientras me iba a llenar la botella de agua...al volver mi gato estaba rechupeteando los huevos duros y quitándose una migaja de atún que se le había quedado en la nariz. Decidí que esto no podía siquiera nublar mi maravilloso día y sencillamente dejé que el gato desayunase y yo me tomé un yogur.

.Al llegar al Metro vivo un chiste de Arévalo,gracioso según se mire. Estoy caminando andén arriba y abajo mientras leo mi libro y me choco con dos ciegos que venían de frente a mí con bastón y todo y a modo de disculpa les digo: "lo siento. No os había visto". (Bien, Vicky Zazo...como los ciegos no tengan sentido del humor te van a tener que sacar el bastón del mísmisimo orto).
Al entrar en el vagón casi vacío me siento, sigo leyendo y a las tres estaciones noto un cosquilleo en mi pierna derecha. Cuando miro, observo horrorizada cómo una cucaracha está subiéndo por mis preciosas medias rojas. Chillo. El señor de al lado le da un manotazo a la cucaracha y la pisa sin mediar palabra. Le doy las gracias. No media palabra.
Al llegar a mi destino y con intención de mirar la hora busco mi móvil en el bolso y me doy cuenta de que me lo he dejado en casa. (Bien, Vicky Zazo. Precisamente hoy que has quedado con dos personas en un sitio que no conoces de nada).
Finalmente y por suerte esto no supone ningún problema pues todos estábamos a la hora indicada en el lugar acordado y para nuestra alegría se suma la madre de la dueña del coche y sus cinco perros.
Vemos el coche. Damos una vuelta. Me gusta bastante. Acordamos un precio. Le digo a la chica que le doy los 100 euros de señal que había metido en el monedero para que me reserve el coche. Busco el monedero en el bolso. También me he dejado el monedero. Propongo ir a un cajero. La chica, la madre, mi amigo, los cinco perros y yo nos damos una buena caminata para encontrar un cajero. LLegamos a uno. No me acepta la tarjeta. Vamos a otro. Introduzco una tarjeta diferente. No me acepta la tarjeta.
Muerta de vergüenza les pido disculpas y les pregunto si aceptan una transferencia. Aceptan. Mi amigo y yo nos despedimos de ellas. Mi amigo propone ir a tomar un café. Al no tener monedero ni tarjetas funcionales, además de hacerme el favor, venir desde Móstoles, gastarse el dinero en gasolina e invertir su tiempo conmigo, me tiene que invitar a una coca-cola.
Charlamos. Decidimos volver a casa. Me pregunta si me acerca en el coche ya que no tengo dinero. Le digo que tengo un Metro-bus. Nos despedimos. Me voy al Metro. Compruebo que he perdido el Metro-bus. Me vuelvo a casa andando. (Bien, Vicky Zazo..son sólo 6 kilómetros).
Por fin llego a casa y al abrir el buzón ¿qué me encuentro? Una carta que dice que me van a poner una demanda por una deuda (que no es mía pero no viene al caso explicar) que asciende a 394.12 euros.
Ahora entiendo lo de las tarjetas. Lo de monedero y el móvil sigue sin tener explicación.
En este momento son las 21.30. No me atrevo a moverme del sofá....
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